Maldición

Maldición
HORROR

lunes, 4 de junio de 2012


030 Don Silvio se recuperó de las heridas en su espalda e increíblemente te sentía como nuevo. El remedio de Sor María parecía funcionar. No veía la hora de volver al púlpito para celebrar la misa, así que tomo las llaves y fue a revisar  la iglesia que por más de una semana no se abrió.
    Fue al pulpito, reviso el sagrario con las hostias y  sintió un mal olor al contenido del copón. Le dio un lengüetazo a una hostia y sabía mal. Supuso que estaban en descomposición y decidió deshacerse de todas las hostias en mal estado.
—Huagg , sabe a demonios … Esto se ha podrido.
   Y las tiró todas al cubo. No quería correr riesgos para con sus feligreses de que estuviera todo contaminado o en mal estado.
  
  Luego, busco una caja con hostias sin consagrar y las repuso en el copón. 

   Luego fue hasta la pila del agua bendita y se dio cuenta que está también olía mal, por lo que busco reemplazarlo. Traspasó con un cucharón toda el agua a un balde y luego  fue a descargarlo.
   Aprovecho en su viaje para traer una radio para acompañar su trabajo y la dejo encendida.
   De pronto la música sonó en la iglesia y  Don Silvio sintió que le gustaba. 
   Sin que nadie lo molestará comenzó a marcar su ritmo y al segundo se puso a bailar como nunca se permitió hacerlo.
  Su faena termino al entrar Sor María y verlo bailando alegremente como ella no se podía imaginar. Allí ella pegó un gritó de reprobación como del peor sacrilegio posible.
   Se acercó a Don Silvio diciendo:
—¿Cómo se va a estar meneando como un adorador de Diablo en el templo de Dios? Usted es un representante de la Santa Iglesia. ¡Compórtese!
  Don Silvio en un principio intentó justificarse:
—Hermana no se ponga así. La danza es una expresión de la vida.
  Ella sin dudarlo:
—Para usted, no. Usted tiene votos de renuncia a está vida para llegar a la resurrección cuando llegue el Salvador. A pecado de vuelta. Ya sabe lo que debe hacer. La santa flagelación lo limpiará de pecados.
  Don Silvio preguntó:
—¿Otra vez …?
  Sor María se limito a decir:
— Ya.
  Y Don Silvio volvió a ir a su cuarto de rezos a empuñar el látigo.
  En esos instantes, en la ruta sobre el coche, se producía una conversación entre el Comisario Hernández y la Inspectora Gabriela sobre el caso, diciendo ella:
—Este caso roza lo paranormal. Investigue muchos casos pero nunca como este. Solo oí algo parecido de mi maestro de Kung fu, un monje taoista, que me contó una historia de unos demonios que en china roban la energía.  Los llaman Jiang Shi. Claro que yo lo tomé como una leyenda sin darle importancia. 
    El Comisario Hernández dijo:
—¿Tienes forma de averiguar más sobre esto?
—Claro. Puedo llamar por teléfono a mi maestro.
—Púes hazlo … Sabes, no te imagino usando Arte Marcial a una mujer como tú.
—¿Y tú sabes algo de las Artes Marciales?
—Claro. Soy cinto negro en Karate y Teakwondo. Son instrucciones básicas que dan en las academia de policía. Yo practique las dos para aumentar mi puntaje.
   Ella le dijo:
—Yo aprobé el examen pasando por kumite; y me dieron los puntos. 
   El Comisario se respondía minimizando:
—Me parece que te tocó una flacucha en tu examen de lucha. 
   Gabriela sonrió ante la actitud machista del Comisario Hernández y le dijo:
—No, pelee con hombres. Si no se convence, podemos hacer un entrenamiento en conjunto.
   El Comisario sonrió pero no se tiró atrás:
—Esta tarde en el gimnasio de la comisaría. Me dolerá hacerte daño.
   Ella tambien sonrió y dijó:
—A mí también a usted, Señor Comisario.
Continuará …


No hay comentarios:

Publicar un comentario