Maldición

Maldición
HORROR

viernes, 22 de junio de 2012

033      Una hora más tarde, el zombi trepaba las laderas de la montaña y se internaba en los Picos de Europa bajo la luz de la luna. Escalando descalzó y con su bata blanca parecía un fantasma que andaba en la penumbra entre los pinos. Pero allí también hay depredadores; y un lobo lo descubrió en su territorio y se le puso por delante gruñendo feroz.

   Pero Richard, era guiado por un instinto animal que no tenía razón, solo la de luchar, cazando al cazador. Y como rayos se encontraron en pelea de lucha de fuerzas salvajes. Y al final, el zombi mordió al lobo.
   El lobo cayó con Richard mordiéndole el cuello y bebiendo su sangre como si fuera una peluda bota de vino.  Y así el lobo espiró. Richard se levantó y siguió su camino, pero atrás le seguía un acompañante que ahora era su perro. El lobo.
   Ambos entraron en la cueva que era la guarida del lobo.
    Allí sería el refugio de dos bestias ahora pareja.
   A unos Kilómetros , en la ciudad, un camión aparcado abría sus puertas traseras unos centímetros ,y  detrás de ella, unos ojos atisbaban a los  pocos que pasaban por esa calle oscura. Y así, un hombre paseando su perrito, no se dio cuenta que algo lo acechaba, y eso fue su error. Las puertas se abrieron tras de él y un ser chupado saltó prendiéndose a su espalda.
   El hombre barbado no podía soltarse de la mochila humana que se le aferró. Y su perrito se soltó y huyó con el rabo entre sus piernas. 
  Un segundo después la sangre brotaba a salpicones de su cuello y caía hasta perecer en las fauces del que alguna vez fue un camionero. Luego de saciarse de beber, con una fuerza descomunal para aquel saco de huesos, lo metió en la caja del camión y cerró las puertas.
   Al perrito le volvió el valor y con todo su poder, ladro como una castañuela en la noche. Pero no era amenaza para ese ser chupado ,que aún sin pantalones se subió al camión y se llevó su camión.
    En el aeropuerto de la comarca, un avión aterrizaba en la pista. Gabriela lo mira desde tras los cristales de la sala de espera. Ella está contenta de recibir a su Maestro de Kung Fu, que viene  a ayudarles con el caso de los muertos que reviven.
    Ella sabe que su Maestro es sabio y que conoce métodos milenarios de lucha y de sanación del cuerpo y la mente. En China ejerce de médico con acupuntura y hierbas. También da consejos como monje del Tao y ceremonial religioso. Eso ella lo conocía, pero no sabía que supiera del caso que ella investiga. 
     Ella lo ve y lo recibe con un saludo especial ,que aprendió con él. El Maestro la saluda igual.
—Maestro Lo, ¿que tal el viaje?
—Gabriela, que gusto volver a verte... Viaje muy largo, pero yo contento por poder ayudar a mi alumna.
   Ella le invita a ir a la salida y juntos caminan mientras charlan. 
   El Maestro Lo le dice, con su mal castellano:
—Yo venir preparado para enfrentar a Bruja Jiang Shi. Si no detener, enseguida peligro de mucho contagio a todo el pueblo.
—¿Pero está seguro que se trata de ella?—dice Gabriela.
—OH. Seguro. En China yo pregunta a I Ching y decir que bruja escapar a España. Aquí ella mas fuerte aquí porque nadie parece conocer su poder.
   Gabriela le dijo:
—Le voy a presentar a mi compañero y jefe de policía. Nos espera en el coche para ir a su hotel a descansar.
Pero el Maestro Lo le dijo:
—Yo no cansado. Hoy noche de luna llena, todos los hijos de bruja ya levantarse a comer. No podemos perder tiempo.
   Así llegaron al coche y le presentó al Comisario Hernández que lo invitó a subir al coche y conduciendo le dijo:
—Me alegro de tenerlo aquí, Señor Lo. Gabriela me explicó que nos puede ayudar con este extraño caso. Y debo decirle que ella me convenció de que usted sabe de una forma persuasiva.
   El Maestro Lo era rápido mentalmente, y le dijo:
—Usted sabe algún arte marcial y probar con Gabriela.
   El Comisario se confesaba:
—Cierto. Y tiene una alumna buena.
   El Maestro Lo le dijo:
—Si luego querer probar conmigo, ningún problema. Yo siempre querer aprender de gente y colaborar.
   El Comisario sudo frío y le dijo:
—No se moleste Maestro. Todavía me duele el cuerpo de la lección de su alumna.
   Gabriela intervino:
—Corte el rollo Comisario que me pone en compromiso. Díganos mejor hacía donde nos lleva.
   El Comisario le contestó:
— Ha llamado el Dr. Martín, y tiene a los muertos golpeando los refrigeradores. Si no les importa, nos dirigiremos al Centro Forense a darle un vistazo.
   El Maestro Lo le dice:
—Bien. Tu llevarnos allí. Yo enseñar como poder vencer a hijos de la bruja.
   El comisario pregunta:
—¿Con una 45 no basta?
   El Maestro Lo, le contesta:
—¿Cómo matar lo muerto con armas sin alma? ¡No poder! Hay que usar poder de santo. Yo allí hacer demostración.
Continuará...

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